Así que por primera vez en México estamos preparados para crisis económicas. Los medios de comunicación venden a los mexicanos la idea de que estamos bien y el gobierno está tomando las medidas preventivas necesarias porque, aparentemente y ellos lo dicen con orgullo, treinta años de historia nos respaldan; la nueva panacea del gobierno mexicano: las medidas contracíclicas.
El nuevo presupuesto federal hasta el momento aprobado tiene considerado un gasto del 1.8% del PIB. Es la primera vez que se recurrirá a un déficit; sin embargo, esto no es del todo muy anticíclico como se presupone. Es importante remarcar que tristemente, la mayoría de dicho gasto se está llevando a cabo a causa de la adquisición de la deuda causada por los PIDIREGAS de PEMEX. Los PIDIREGAS son contratos adquiridos con el sector privado, en su gran mayoría extranjero, por PEMEX para poder realizar programas de inversión para expandir la producción. Es por esto que dicho gasto que se realizará debe ser tomado con cautela. Si bien es cierto que el gobierno federal no está recortando los presupuestos, también es cierto que no está invirtiendo más y por el contrario sólo está asegurando el pago al sector privado de cara a que la bonanza petrolera parece haber acabado con la caída de los precios del petróleo. Esto no se discute.
Decir que ésta crisis no ha afectado a México es ignorar la realidad de aproximadamente 40% de la población mexicana que vive en condiciones de pobreza. Según el Consejo de Desarrollo Social de Nuevo León, la presente crisis puede significar un retroceso de cerca de siete años en el combate a la pobreza echando por tierra los esfuerzos de programas tan famosos como Oportunidades. Asimismo, si bien la inflación no es del 100% como en la década de los 80, ésta es muy alta dado que los ingresos de las familias no están aumentando al mismo paso que los precios. Se han tomado medidas meramente paleativas pero no medidas sustanciales. Los empleos mexicanos siguen siendo muchísimo menor de lo prometido en campaña por parte del "Presidente del Empleo" y encima de todo, vemos que los mexicanos en Estados Unidos están regresando y las remesas están disminuyedo. Cuidado, esto suena a una futuro hervidero social.
Por otra parte, se habla de una crisis manifiesta diferente y a esto debo coincidir. Las primeras dos crisis, la de los 70 y la de los 80, fueron originadas al interior de México. Asimismo, se dan en medio de una alta tensión entre el gobierno mexicano y los empresarios. La crisis del 94, por otro lado, nos fue ocasionada por la especulación del empresariado y la complicidad de este con el gobierno. En esta nueva crisis, las demandas en la opinión pública no son incentivadas por el Consejo Coordinador Empresarial, pero posiblemente veamos un aumento en las movilizaciones sociales que puede ocasionar mayor enfrentamiento. Por el contrario, en las crisis anteriores los grupos de crímen organizado estaban controlados a través de la colusión dentro del gobierno mexicano. Ahora existe un enfrentamiento de estos dos que también representa una amenaza social. Debemos ser cautelosos y no subestimar la explosividad social de nuestro país. El tener en mente consecuencias medidas en meras cifras económicas y estadísticas puede provocar que nos durmamos en nuestros laureles mientras que la situación social se crispa.
Así, mientras el país sigue convulsionándose, Calderón sigue intentando jugar a que es Presidente de México.
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