Tuesday, 14 October 2008

El Modelo de Política Burocrático de Allison y su Aplicación en la Política Exterior de México


Juan Héctor Algrávez
Introducción
En el siguiente trabajo se retomará el enfoque de Política Burocrática para el estudio de la Política Exterior que sería ofrecido dentro de los tres modelos que Allison crearía en 1969 para el estudio de la crisis de los misiles entre EEUU y Cuba. También se realizó una lectura sobre las críticas al modelos de política burocrática (Krasner, 1972) y sobre las posibles reformulaciones para aumentar la validez de los modelos (Bendor y Hammond, 1992). Pero el enfoque principal en este trabajo será las implicaciones de este modelo en la toma de decisiones en la Política Exterior Mexicana, sin forzosamente llegar a mucha profundidad, pero a su vez retomando ciertos puntos que serán necesarios tomar en cuenta para la aplicación futura de dicho modelo.

Los Tres Modelos de Allison y el Paradigma de la Política Burocrática (Modelo III de Allison)
Allison crearía tres modelos que después se materializarían en el libro “Esencia de la Decisión” escrito en 1971 donde el autor aterrizaría sus proposiciones. El Primer Modelo de Allison es del “Estado como Actor Racional” que es el equivalente al de “Black Boxing” o “Bola de billar” propio de los estudios de enfoque realista donde las decisiones son tomadas en función de metas y objetivos estratégicos, además de sus debidas consecuencias que llevan a la omisión de ciertas políticas por ser no-compensatorias. En este modelo las decisiones han de ser hechas en tres pasos: 1) mostrar las posibles soluciones, 2) enlistar las consecuencias de cada acción y 3) actuar en función de maximizar el beneficio o disminuir los costos o riesgos. Utilizando el Modelo I al caso de Cuba, Allison dice que Washington tenía seis alternativas en total: 1) no hacer nada [Kennedy no interesado], 2) Presión Diplomática [Kennedy no interesado], 3) Acercamiento Secreto a Castro [Castro no tenía control sobre los misiles], 4) Invasión [hubiera involucrado más acciones], 5) Ataque aéreo quirúrgico [No se garantizaba 100% de eficacia], y finalmente se tomaría la decisión que menos traería consecuencias y maximizaría los resultados, el 6) Bloqueo naval. Como lo explica Krasner, en este modelo los líderes tienen diferentes percepciones sobre lo que se tiende a maximizar en un ambiente en el cual los recursos son finitos y los problemas son comúnmente mutuamente dependientes. El resultado es que los líderes no pueden satisfacer todas las necesidades y tendrán que preferir entre ciertos valores a satisfacer. Esto implica que si el líder representa valores erróneamente, es decir que no son compartidos por el electorado o traen grandes consecuencias, serán reprimidos por el electorado en futuras elecciones.
El principal problema del Estado como actor racional es que muchos procesos de la toma de decisiones son eludidos. Después dos modelos más serían propuestos por Allison, el Modelo (II) “Organizacional” y el Modelo (III) de “Política Burocrática”, cabe remarcar que no queda bien definido si ambos modelos son mutuamente excluyentes o se puede trabajar con ambos simultáneamente (Bendor y Hammond, 1992). Estos modelos analizan respectivamente la organización gubernamental de una nación (Cómo determinada acción es el resultado de un proceso de orden de actores) y la pugna que existe entre intereses burocráticos y políticos de la nación (Cómo una acción es el resultado de la interacción de los agentes encargados de hacer las políticas y otros agentes internos al Estado que afectan en sus decisiones).
Los últimos dos modelos de Allison también serían aplicados a la crisis de los misiles en Cuba, especialmente en la toma de decisiones que llevarían al bloqueo por parte de EEUU. Desde mi punto de vista, no resulta correcto separar el Modelo II del Modelo III en el caso particular de esta crisis, pero existen situaciones en donde un análisis de Política Burocrática que haga caso omiso del Modelo II puede ser realizado. Un ejemplo es el trabajo de Casar y González “Proceso de toma de decisiones y política exterior en México: el ingreso al GATT” el cual explica que a pesar de la gran centralización del poder presidencial en las presidencias de López Portillo y de la Madrid, entre de menor interés sería un asunto para el Presidente, entonces resultaba más posible que las decisiones fueran tomadas por pugnas entre grupos e intereses dentro del sistema político mexicano. Aquí se puede contrastar por igual que un sistema con una fuerte tendencia hacia el presidencialismo y el clientelismo, como lo era el México en el siglo pasado, permite menos oportunidad para que exista una verdadera pugna entre los grupos y ramos que integran la toma de decisiones dentro de un país.


Críticas hacia el modelo de Política Democrática
La crítica de Krasner hacia este modelo es que ofrece una perspectiva errónea [obscurece el poder del presidente], peligrosa [deja a un lado las supuestos de política democrática], e inclusive convincente [exime a los líderes de sus errores] (Krasner, 1972). Cuando se piensa que las personas detrás de las diferentes Secretarías de Estado tienen poco grado de acción sobre los intereses propios del gobierno esto implica que ellos quedan exonerados de responsabilidad. Esto embrolla que si ellos son impotentes ante el sistema burocrático del país significaría que las elecciones como un medio de coerción en contra políticas indeseadas son una mera farsa. De esto se puede generalizar que las elecciones son tan sólo útiles si los agentes en el poder cuidan de sus acciones ya que no quieren perder su posición en el poder ni tampoco perder la posición de sus respectivos partidos.
Hay que recordar que existen ciertos aparatos y procesos burocráticos para remover administradores y funcionarios que no están actuando en las pautas del interés del gobierno en el poder (inclusive cuando entra un nuevo partido al poder este removerá posiciones estratégicas dentro del gobierno). Lo óptimo para promover una política burocracia que respete la democracia es sin duda un sistema promotor de la meritocracia y exámenes para alocar a los Secretarios de la Nación, es así que el gobierno en el poder tendrá poca capacidad para alocar a representantes a favor del gobierno. En cambio, en México podemos ver grandes excepciones especialmente en el Servicio Exterior dónde gracias al Artículo 89 se le da poder al Presidente de escoger los representantes de la Cancillería y cuerpo Diplomático. Bien si existe un órgano para la formación de diplomáticos de carrera se podrá ver que desde las delegaciones Estatales hasta las embajadas actuales, la mayoría de los diplomáticos son elegidos para satisfacer el mero interés del partido en el poder. Este punto por igual recalca la importancia del Modelo II de Allison, ya que la organización de un país debe de estar organizada dentro de ciertas pautas, leyes, y normas, que en el caso Mexicano se encuentran expresados dentro de la Constitución y los diferentes reglamentos de las Secretarías del país.

Postulados dentro del país que rigen el comportamiento de la Burocracia
Para un estudio de modelo burocrático resulta también necesario tomar en cuenta las leyes y la división de poderes de un país (Modelo II de Allison), en el caso de México existen Artículos en la Constitución que determinan las funciones y atribuciones de los agentes que llevan a cabo la Política Exterior (en México: El Presidente, El Servicio Exterior y su Secretario, el Congreso, otras dependencia relacionadas a la P.E. [SHCP, Defensa, Estado] y en menor grado los tribunales legales que pueden declarar un tratado o acción de Política Exterior como anticonstitucional). El Congreso es una institución que tiene que ser tomada en cuenta en México para cualquier análisis de política exterior que utilice el enfoque burocrático (Especialmente si el Presidente de la nación no cuenta con representación mayoritaria bajo dicho órgano). Como lo estable la constitución, este órgano tiene el rol de ratificar la política exterior que es llevada por el Presidente, además ya en anterioridad el Congreso ha demostrado que sirve de “peso y contrapeso” contra las decisiones que toma el Presidente.
Un asunto que quizás tiene que ser analizado en términos de política burocrática fue la decisión de darle un no a Estados Unidos ante la Guerra de Iraq cuando México se encontraba en la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU. México en aquel entonces estaba empujando la iniciativa de un programa de migración controlada que había nacido de la buena amistad entre el presidente Fox con Bush. En términos de racionalidad podremos ver que a México obtendría más ganancias de un tratado migratorio con Estados Unidos, además la imagen de la nación en aquel entonces se encontraba ya deteriorada desde que Fox le había dicho a Castro “pues, comes y te vas”. Entonces, ¿Por qué resulta interesante verlo desde un punto de vista de política burocrática? La respuesta es que ya que de todas maneras el Congreso hubiera decidido negar una participación en una política exterior que saliera de lo establecido por la Constitución, México es históricamente pacifista y existe un artículo que garantiza este comportamiento. Aguilar Zínzer jugaría un rol clave que quizás aún no se reconoce debido a lo inédito de la posición de México. Además no hay que negar la existencia de un departamento de prospectiva dentro del PAN que ya se las olía que tal política pondría al partido en el poder (y en transición) en una posición que lo clasificaría como “trigger happy” y que conllevaría grandes repercusiones en las siguientes elecciones. Además que resulta lógico que después de un sí ante la ONU, la petición a seguir por parte del gobierno de Bush sería un cierto apoyo militar para la intervención en Iraq, algo que hasta Fox tenía claro que representaría una acción no-compensatoria para un gobierno de transición.



La Complejidad del Modelo de Política Burocrática
La mayor crítica que recibimos de Bendor y Hammond es que el Modelo III de Allison (Política Burocrática) es muy complejo, y sin duda alguna lo es, en cambio estos autores dicen que existe una necesidad de simplificar para que este pueda ser más explicativo. Para mí este es un error que peca de parsimonia, no es necesario de hacer algo más sencillo de algo que es tan complejo como la toma de decisiones dentro de sistemas organizacionales y burocráticos tan complejos. Al contrario si los analistas de política exterior fuesen capaces de tomar cada variable que tiene un considerable peso, entonces se podrían hacer predicciones casi perfectas. Pienso que resulta mucho más fácil errar cuando no se toman las variables que son necesarias para la toma de decisiones, pero claro, si existen variables que su influencia no será determinante en la toma de decisiones, pues, hay que ignorarles. Creo que Bueno de Mesquita realmente le dio al clavo cuando consideró que la exactitud es alcanzada cuando a pesar de la inexistencia de ciertas variables se obtienen los mismos resultados, además pienso que la rigidez casi febril que aportan los modelos es un impedimento básico ya que los analistas tienen el deseo innato de replicar los modelos al igual que otros teóricos lo han hecho para ciertos casos.
La disciplina científica de las Relaciones Internacionales, al igual que los enfoques de Política Exterior, se encuentra en un ambiente de mutación constante y lo que aplica para ciertos países es muy posible que no aplique para otros e inclusive ni siquiera para el día de mañana. ¿Cómo podremos lograr entonces perpetuar nuestro camino hacia el conocimiento?, la verdad es que no lo sé, pero siento que todo indica que se debe de conocer primordialmente las limitaciones implícitas a cada país (retomando el modelo II) establecidas por su organización (como lo es la división de poderes que marca la constitución). Por igual se debe de analizar las variables que son pertinentes para cada país (retomando el modelo III). Finalmente, para poder aplicar el modelo de política burocrática a diferentes casos se debe permitir cierta flexibilidad al saber que cada país tiene divisiones de poder muy diferentes. Sobre este último punto retomemos el ejemplo de Irán y veremos que la toma de decisiones de Política Exterior lleva un proceso muy singular que no permite la aplicación estricta de muchos de los modelos vistos en política exterior.

Conclusión
Actualmente México es un país que está viviendo un nuevo proceso de democratización, inclusive se puede ver que este proceso es muy joven ya que la transición de un partido único en el poder es muy reciente (8 años). Algo que resulta evidente sobre este cambio político es que la creación de nuevas instituciones dentro del país promoverá la creación de una democracia más fuerte. Gradualmente nos apartándonos de lo que antes solía ser un sistema donde el presidencialismo y el clientelismo estaban a la orden del día e inclusive hasta ser considerados como un factor intrínseco de las negociaciones bilaterales con otras naciones (Negociaciones TLCAN Bush-Salinas). Esto también representa una nueva oportunidad para los analistas de la Política Exterior cuyo enfoque se encuentre en México, los nuevos analistas mexicanos podrán retomar el modelo de política burocrática ya que el impedimento que llevaba una concentración de poder en la figura del presidente ha estado disminuyendo. Esto permitirá a la vez una mayor importancia de los agentes que componen la burocracia del país, por lo cual es posible que este enfoque tome de nuevo importancia en las décadas por seguir.

Bibliografía

· Allison, G. T. (1969) “Conceptual models and the Cuban Missile Crisis”, The American Political Science Review, 63(3); pp. 689-718.

· Bendor, J. & Hammond, T. H. (1992) “Rethinking Allison Models”, The American Political Science Review, Vol. 86, No. 2, pp. 301-322.

· Casar, A. & Gonzalez, G. (1990) “Proceso de toma de decisiones y política exterior en México: El ingreso al GATT”. Política Exterior y toma de decisiones en América Latina, Buenos Aires. Colección de Estudios Internacionales.

· Krasner, S. D. (1972) “Are Bureaucracies Important? (Or Allison Wonderland)”, Foreign Policy, No. 7., pp. 159-179.

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